sábado, 22 de diciembre de 2007

HISTORIA DEL ESPEJO

Por: Mabel Mejía

El espejo tiene bastante uso en los hogares, en la tiendas y en todos los lugares, pero muy pocas personas conocen el origen del espejo.

Desde hace por lo menos veinticinco siglos al más antiguo instrumento de la óptica se le atribuye la amplificación de una multiplicidad de poderes físicos y simbólicos. El espejo ha desempeñado un papel cardinal en la separación y en la reunión de hombres y mujeres. Su remisión al tema de la identidad, su movimiento fluctuante entre lo falso y lo veraz, a menudo ha planteado múltiples universos de referencia expresados en historias como las que Lewis Carroll urde en Alicia a través del espejo, o como las que imagina Borges cuando escribe que "al igual que la cópula, el espejo multiplica a las personas innecesariamente".

Si bien el espejo transparente es una conquista tardía en la historia de la cultura, los antiguos contaban con un metal pulido que cumplía las mismas funciones que el espejo contemporáneo. Sócrates recomendaba el uso del espejo a sus discípulos para que, si eran hermosos, se hicieran moralmente dignos de su belleza, y, si eran feos, lo ocultaran mediante el cultivo de su espíritu. No obstante, en la Grecia antigua el espejo era considerado un instrumento estrictamente femenino. El ciudadano consideraba que su uso era vergonzoso y solo en la peluquería observaba sin pudor el reflejo de su imagen. Como al varón que se enamoraba de mujeres (y no de hombres), al que se contemplaba en el espejo se lo juzgaba afeminado.

La imagen femenina paradigmática del esquema mítico muestra a Afrodita, diosa del amor, sosteniendo un espejo en una de sus manos; su equivalente masculino es Apolo, dios de la guerra, que sostiene un arco y una flecha. La reflexividad masculina solo aparecía autorizada por el vino, que en los banquetes liberaba la verdad de lo invisible en el diminuto cuerpo de la palabra. Siglos más tarde Esquilo escribiría: "El espejo de la belleza es el bronce pulido: el del alma, el vino". Mientras la virtud cardinal femenina era una belleza que debía obtener su legitimación en la reflexividad del espejo, los hombres encontraban su vocación en la lucha y en el uso de la palabra.

Las representaciones antiguas del espejo evidentemente dan cuenta de una mirada masculina sobre el universo de las mujeres. Aristóteles afirmó que durante la menstruación la mujer que se contempla en el espejo ve reflejada una nube sangrienta. La "inferioridad" de las mujeres, por otra parte, se vería probada por su dificultad para contemplar directamente su propio sexo. El ciudadano griego encontraba en el espejo una prolongación del cuerpo de la mujer joven.

Numerosas representaciones dan cuenta de la desazón que sentía la mujer cuando veía reflejadas sus arrugas en el espejo. La vejez aparecía de este modo como una preocupación estrictamente femenina. Solo la metáfora del espejo asociada al tiempo alcanzaría a los varones, como cuando Eurípides le hace decir a Fedra: "El tiempo descubre a los malvados cual si fuera un espejo presentado a una doncella".

A los clásicos debemos también la idea de que la totalidad de una persona puede ser resumida en su rostro (el griego clásico reconoce una sola palabra para rostro, persona y personaje). El rostro femenino, al igual que su imagen reflejada en el espejo, fue blanco de permanente sospecha: la afición por el maquillaje fue asociada al engaño, dado que permitía ocultar defectos de cuya existencia al varón le convendría anoticiarse. En la Edad Media a las mujeres que se pintaban se las acusaba de "alterar el rostro de Dios" (¿Acaso la humanidad no había sido creada a imagen y semejanza del Señor?). Todavía en 1616 Thomas Tuke se preguntaba cómo podían las damas orar a Dios "con un rostro que no les pertenecía".

Para los griegos el espejo aparecía también como un productor de falsas apariencias; por tanto, las metáforas que se valen de su imagen no fueron asociadas al conocimiento de sí. Será Séneca quien siglos más tarde afirmó que los espejos fueron inventados para que el hombre se conociera a sí mismo y no para que se afeitara la barba frente al espejo. A través de esta dimensión metafórica el espejo fue vinculado con la identidad y se acentuó la idea de que para conocerse es necesaria una mediación, tomar distancia de uno mismo y contemplarse como objeto.

En los primeros siglos de esta era Plutarco pretendió demostrar que la mujer debía ser el "espejo natural" del esposo (idea que prefiguraría el conocido refrán de que "detrás de todo gran hombre hay -se refleja- una gran mujer"). Mediante esta operación aspiró a probar que el amor mixto, de preferencia conyugal, vale lo mismo que el homosexual (la forma de amor más valorada por los griegos). En este contexto de exaltación de la familia, los hijos deberían reproducir especularmente la imagen de su padre.

Los escritores de la Roma imperial ya tomaron conciencia de que una de las limitaciones del espejo es la de ignorar lo que no aparece de frente. Séneca relató cómo su contemporáneo Hostius Quadra -verdadero precursor de mecanismos mucho más sofisticados- recorría los baños públicos con un juego de espejos cóncavos y convexos que le permitían mirarse el trasero y acrecentar su apetito sexual mediante el agrandamiento de las distintas partes del cuerpo, propias o ajenas.

Siglos más tarde el romanticismo generalizó la metáfora del espejo como señal de reciprocidad de los amantes. Al reflejarse unos en otros, los ojos se modelan mutuamente. La mujer, sin embargo, pocas veces aparecía como amante activa: su papel por lo general no era el de tomar la iniciativa sino el de responder o rechazar el amor masculino. Privada de luz propia, debía reflejar el halo de luz irradiado por el varón. Ya en la antigua Roma Aquiles Tacio le había hecho decir a su héroe: "Convéncela de que la amas, y ella te imitará".

El mito de Narciso concentra prácticamente todos los motivos de la metáfora del espejo como emblema identitario. En el ojo del espejo, un libro de Francoise Frontisi-Ducroux que acaba de ser editado por el Fondo De Cultura Económica, propone una interpretación del mito que diverge de la lectura psicoanalítica. Para esta investigadora francesa el mito de Narciso no representa la excesiva complacencia consigo mismo, ya que tras una efímera fascinación con su propia imagen reflejada en el agua, Narciso reconoce el error de no haber correspondido a la solicitud de su amor, se sume en la desesperación y muere desgraciado por no ser diferente a sí mismo.

Para Frontisi-Ducroux el mito refleja la imposibilidad de construir la identidad masculina en el espejo, es decir, en la reflexividad exclusiva de la belleza. El espejo no es un instrumento masculino porque lo propio del varón es la apertura al otro, la palabra, la vida activa y la socialización. Un hombre que vive solo del crédito que le otorga su belleza está condenado a la muerte, como Narciso. Aunque desde Helena de Troya la belleza femenina sea fuente de infinitas desdichas, la mujer, lejos de morir, nace al constituir su imagen en el ojo artificial del espejo.

Uno de los arquetipos de mujer más frecuentados en el siglo XX –el de la joven delgada y esbelta que no azarosamente es llamada "modelo"- enfrenta a la cámara que multiplicará su cuerpo al infinito como si escrutara complacida su propia imagen en el espejo. Aún en un siglo de proclamada emancipación, el ejemplo ilustra hasta qué punto la conformación de la subjetividad femenina es deudora de una cultura que, como la griega, colocó en manos de las mujeres un instrumento que a menudo les impidió representarse el mundo más allá de sí mismas.

Algunos de estos datos fueron tomados de Geocity.com

jueves, 20 de diciembre de 2007

Por fin llegaron las vacaciones Navideñas

Por: Mabel Mejía

Ya llegaron la vacaciones navideñas, la alegria de todos, aunque muchas escuelas, lo hicieron antes de tiempo, otras culminaron este primer semestre de clases.

En las escuelas le celebraron el niño a los estudiantes, en los liceos le dieron medidas de precaucion a los estudiantes, acerca de las bebidas, los paseos a horas altas de la noche, entre otras cosas.

Y por otro lado todavia hay estudiantes recibiendo éxamenes semestrales y salen el 21 de Diciembre de las escuelas.

Les deseos a todos los estudiantes feliz navidad y próspero año nuevo, que disfruten sus vacaciones y tomen medidas de precaución

miércoles, 19 de diciembre de 2007

HISTORIA DE SANTA CLAUS

Por: Mabel Mejía

Estamos en navidad, tiempo de amor, paz, unidad y sobre todo de compartir con nuestros amigos y familiares.

Es de costumbre en navidad enviar regalos, y como siempre a los niños santa Claus alegrarlos, hay muchas versiones de la historia de esta gran leyenda, esta es la busque y me pareció mas impresionante de todas.

Hace mucho tiempo, aproximadamente mil quinientos años, en el pueblo llamado Patára de las costas del Mar Mediterráneo en Asia Central, nació un niño de padres muy ricos y le pusieron por nombre Nikelaos que quiere decir "la victoria del pueblo", en castellano es Nicolás y en ingles Claus.

Claus desde muy pequeño desarrolló un profundo amor por el Maestro Jesús, y se hizo la promesa de vivir como Él: ayudando a los pobres, sanando enfermos, perdonando a sus enemigos, haciéndole el bien a todos y dejando que los niños se le acercaran para bendecirlos.

Los padres de Claus se murieron cuando el todavía era un adolescente y quedó rico siendo muy joven. Claus comenzó a usar la fortuna que heredó de sus padres para hacer el bien a los demás.Un amigo de Claus tan rico como él, quedó arruinado y con tres hijas que mantener, el pobre hombre se vio tentado a vender sus hijas para que no pasaran hambre. Claus se enteró del asunto y para que su amigo no vendiera sus hijas, cada noche se subía al techo de la casa de su amigo, bajaba por la chimenea y a escondidas le dejaba fantásticos regalos en oro.

Muy cerca de Patára en un pueblo llamado Myra había un Obispo que estaba muy viejo, cansado y no encontraba quien lo sustituyera en su cargo.

Un día el viejo obispo en oración le dijo a Jesús que ya no aguantaba más y que al próximo hombre que entrara por las puertas de la iglesia, él le daría su cargo de Obispo. Claus que pasaba en ese momento por allí se le ocurrió entrar, y al hacerlo, sorpresivamente fue convertido en Obispo de Myra.

Claus como Obispo de Mira se dedicó a lograr que la gente pusiera en práctica las enseñanzas de Jesús, amando al prójimo como a sí mismo, dándole de comer a los que tenían hambre, perdonando a los agresores y llenando de bendiciones a todo el pueblo donde vivía y demás poblados cercanos.

Claus siendo muy joven ya era Obispo, y además de eso, tenia la fama de ser santo. Una vez había una gran escasez de alimentos en Myra y cerca del puerto del pueblo pasó un barco cargado de provisiones. Claus le pidió al capitán del barco que le dejara todo ese cargamento para que la gente comiera y no se muriera de hambre. El capitán aceptó, dejando las bodegas del barco completamente vacías. Tan pronto el barco zarpó, Claus hizo un milagro y las bodegas se llenaron nuevamente de alimentos.

Había en Myra un hombre muy malo que le gustaba matar a los niños y servirlos como comida en el restaurante que tenía. Santa Claus al enterarse de esto corrió hacia el restaurante, regañó al señor diciéndole que eso no se hacia, y con un poder maravilloso dado por Dios, resucitó a los niños que habían sido sacrificados.

Ya Claus estaba muy anciano cuando en el año cuatrocientos veinticinco en la ciudad de Nicea, más o menos cerca de donde él vivía, se reunieron todos los obispos cristianos que existían en el mundo. Santa Claus fue con todo su amor a darle la bendición a quines se congregaron en este primer Concilio Ecuménico de la cristiandad.

Todos los Diciembre, Claus se dedicaba con esmero a recibir el Espíritu de la Navidad, celebrando el día veinticuatro el nacimiento de Jesús, repartiendo regalos a la gente, especialmente a los niños.

Una Navidad, unos pillos por pura maldad, decidieron quemarle la iglesia a Claus y todo quedó vuelto cenizas, menos un Niño Jesús que se salvó de las llamas milagrosamente, porque Claus lo sacó acurrucado entre sus brazos sin quemarse, mientras en su cara se dibujaba una gran expresión de victoria y alegría.Claus tenia una risa muy agradable, con carcajadas muy fuertes, que a los niños les encantaba. Cuando él reía, la naturaleza entera se llenaba de alegría y desaparecían las tristezas de todos los corazones.

Un día cinco de Diciembre cuando Claus se preparaba anticipadamente para recibir la Navidad, Dios lo llamó a Su lado para que Lo ayudara desde el cielo en las festividades navideñas. A partir de ese día Claus se dedica todos los Diciembre a ayudar a Jesús en las fiestas navideñas y a suministrarle dinero a los padres de los niños que se portan bien todo el año, para que la noche de Navidad le compren muchos juguetes en nombre de Claus y el Niño Jesús.

El cuerpo sin vida de Claus nunca se corrompió como los demás cadáveres, sino que comenzó a derramar un oloroso aceite que la gente enferma, al untárselo se sanaba. En un hermoso sarcófago tallado en mármol depositaron el cuerpo de Claus, donde pasó casi quinientos años totalmente intacto y como era Santo ya no le decían Claus sino Santa Claus.

La fama de Santa Claus se extendió por toda la tierra y consagraron muchas iglesias con su nombre. Se convirtió en patrono y protector de los niños, los marineros, las fiestas navideñas y de un país llamado Rusia. Como en esa época no existía la fotografía la cara de Santa Claus fue pintada en miles de cuadros hechos sobre madera llamados iconos.

Cierto día unos italianos se enteraron que invasores incrédulos planeaban profanar el cuerpo de Santa Claus, así fue como una noche unos marineros decidieron trasladar en barco el cuerpo de Santa Claus, desde Myra hasta Bari en la costa este del sur de Italia. Por esta razón muchas personas conocen a Santa Claus como San Nicolás de Bari.

Marineros de todo el mundo que pasaban por Bari expandieron la creencia y el amor a Claus al norte de Europa. Un día unos inmigrantes holandeses que se fueron a vivir a New York llevaron la devoción de Santa Claus a los Estados Unidos de Norte América, donde comenzaron a llamarlo solamente, "Santa".

En una noche de Navidad en New York, bajo el blanco manto de una linda nevada, los hijos del famoso escritor Clement Clark Moor le pidieron que les narrara la vida de Santa.

Clement, recordando parte de la verdadera historia de Santa, les escribió un cuento que rápidamente se hizo famoso en todos los hogares y colegios, porque decía: "Santa, cada veinticuatro de Diciembre baja por la chimenea de las casas trayéndole regalos a todos los niños que se portan bien". Esto llenó de ilusión y esperanza los corazones de la gente que se enteraba de La verdadera historia de Santa Claus.

Un pintor que se llamaba Habdon Sudblom que trabajaba para la fábrica de bebidas Coca Cola, se le ocurrió pintar a Santa muy alegre, bonachón, llevando una bolsa llena de juguetes, vestido de rojo, con una barba blanca y barrigón, que encantado se tomaba una botella de Coca Cola.
Hoy en día todos los niños del mundo y muchos adultos también, esperan que Santa baje por la chimenea y les deje un regalo al pie del arbolito la noche de Navidad.

Todavía en la ciudad de Myra existe la iglesia donde vivió Santa Claus y en Bari se veneran las reliquias del cuerpo de Santa Claus que sigue emanando el milagroso y perfumado aceite curativo.

Santa Claus existe, esta vivo trabajando desde el cielo, ayudando a niños y adultos como lo hacía cuando vivía en la tierra.

La gente quiere mucho a Santa Claus y le dicen por cariño de muchas maneras, como Papá Nöel o San Nicolás. Le han imaginado una casa en el Polo Norte con un trineo tirado por renos, gnomos que fabrican juguetes y para no verlo solo, le han inventado hasta una esposa llamada "Señora de Claus". Todo esto la humanidad lo ha hecho porque ama a Santa Claus por lo bella que fue su vida y por lo mucho que favoreció a la gente.

Acuérdate que cada Navidad Santa Claus se acerca a nosotros y es muy feliz cuando, con mucho cariño, le damos un regalo a alguien, ya que estamos pensando en los demás, mas que en nosotros, y esto es un inegoísmo propio de los verdaderos cristianos que ponen en práctica las enseñanzas de Jesús como lo hacía Santa Claus.

Toda imagen de Santa Claus encierra el amor y la ilusión por la Navidad que él tuvo, por eso verlas y tenerlas, nos llena de tanta alegría y trae felicidad en el lugar donde están.

Detrás de cada persona que da un regalo en Navidad esta Santa Claus prodigando su bendición con la alegría del JO, JO, JO, de su inconfundible risa.

Algunos de estos datos fueron tomados de edaddorada.net

INCONFUNDIBLE_18@HOTMAIL.COM

sábado, 8 de diciembre de 2007

TUS AMIGOS

Por: Mabel Mejía

Nuestros amigos son muy importantes; es reconfortante rodearse de gente que comparte y entiende nuestros intereses.

Un amigo es un tesoro. Alguien con quien atravesar los días malos. Compartir los buenos. Siempre te tendera su mano, para que no caigas o para bailar de alegría.

Este se alegra con tus logros y se entristece con tus penas. Te aconseja, te cuida, te quiere, no quiere te pase nada, te hace sentir feliz.

Me imagino que a veces te has preguntado ¿Por qué son tan fantásticos tus amigos?, pues ahora te lo diré, o puede ser también no nos detengamos a pensar en eso, pero de igual forma te lo voy a decir.

Te ayudan a sentirte mejor si estas en un mal momento, haciendo gestos graciosos o imitando a tu maestra hasta hacerte reír.

Te quieren igual si sales en primero o ultimo lugar en la competencia.

Ir a fiestas, patinar, o mirar televisión es más divertido con tus amigos.

También te ayudan a aprender, además de permitirnos aprender de sus diferencias, nos enseñan a relacionarnos con la gente.

Aprender a ser un buen amigo es una gran parte para ser una buena persona, ¡Comienza a ser sentir bien a todos tus amigos y veras que serás una gran persona!

INCONFUNDIBLE_18@HOTMAIL.COM

martes, 4 de diciembre de 2007

EL ARBOL DE NAVIDAD

Por: Mabel Mejía

Es Diciembre, época de amor, paz, unidad y donde toda la familia mayormente se reúne para compartir, disfrutar y compartir experiencia, es navidad.

Pero entre tantas cosas sabemos que todo tiene un origen y un por que.

Uno de los elementos que identifica la navidad es el árbol de navidad continuación sus orígenes e historia.
Historia

Tiene sus orígenes en la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. (lo que explica la costumbre de poner a los árboles luces). Era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno.

El árbol en sí tiene varios significados religiosos ya que ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. En Mesoamérica el árbol guarda un significado místico, inclusive tenían el ahuehuete como árbol sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas algunos grupos como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.

Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, en el siglo VII, comprendiendo que era imposible arrancar de raíz esta tradición pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo. Algunos otros hablan que Martín Lutero fue quien introdujo esta costumbre al adornar con manzanas un árbol para tratar de explicar los dones que los hombres recibieron con el nacimiento de Jesucristo.

Los primeros documentos que nos hablan de la costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas son del s. XVII y menciona a la región de Alsacia, tierra que se encuentra como Alemania y Francia. En los países nórdicos, en el s XVI, se empiezan a reunir las familias en torno a un árbol de Navidad. El día 24 los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras los adultos colocaban y decoraban con dulces y juguetes el árbol; a su regreso los niños eran sorprendidos con el árbol y así daba inicio la celebración de la fiesta de Navidad. Esta costumbre cobra fuerza y se extiende como moda cuando la Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos adornos.

Significado del Árbol de Navidad

Para los hombres los árboles tienen un significado muy especial. en todas la culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico, místico y poético. Se le tiene cierta reverencia por los beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. Es muy común el que los árboles estén relacionados con la fecundidad, el crecimiento, la sabiduría y la longevidad. En Mesoamérica el ahuehuete es considerado sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.

Dios se ha valido de la forma en que los hombres ven a los árboles para dar a conocer su plan de salvación particularmente cuando se trata del misterio de la encarnación del hijo de Dios para salvar al hombre. En primer lugar se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios. Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo.

Los adornos del árbol y las luces que se encienden representan el nuevo estado paradisiaco que el amor de Cristo nos prepara. En la Biblia, el árbol aparece como un símbolo de la Vida, árbol que Dios coloca en medio del Paraíso como fuente de la inmortalidad (Gen 2, 9,3,22). Pero el árbol puede también simbolizar la falsa sabiduría, la soberbia y la muerte cuando el hombre se aparta de Dios (Gen 2, 16-ss) seducido por la apariencia engañosa de este árbol y comiendo su fruto (gen 3, 2-6).

Pero Cristo vino no únicamente a los hombres, vino como cabeza de una nueva creación, renovando todo lo que estaba caído. La presencia de Cristo responde al anhelo de la creación para ser liberada de la esclavitud y de la destrucción; mientras tanto se queja y sufre, tal como una mujer en sus dolores de parto tal como nos lo describe San Pablo en la epístola a los Romanos. Por eso el árbol de Navidad representa esa naturaleza restaurada y engalanada para recibir a su redentor; el árbol perennemente verde quiere saludar en nombre de la naturaleza renovada a su Señor "Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo" (salmo 5).

El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: "Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido, ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor". Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida. y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.

La mayoría de estos datos fueron extraídos de churchforum.com